Ayer hablé con un chino que tiene una frutería en mi pueblo y le dije:
Quillo, llama a tus colegas y les dice que metan prisa (bueno, dije plisa) a los que me tienen que fabricar el ordenadol. Es que los chinos se conocen todos.
Así que llamó a media España, media somos nosotros, los españoles, la otra mitad son chinos.
Total que se formó una cadena telefónica que nos dejó sin cobeltula.
Por tanto hoy me ha llamado el cónsul de China en Australia diciendo que dé la contraorden de mi petición porque se ha colapsado la telefonía mundial.
Como consecuencia me ha dicho Apple que ya ha salido mi oldenata de China y que la próxima vez me compre un PC con güindóns.
Es que no hace uno nada bien últimamente. ¡Mecachis!