Keba, me voy a explicar para que comprendas por qué me harté de pescaito frito en Madrid.
Fue el viernes pasado. Iba a cenar en casa de mi cuñado, donde he parado, él regresaba a las 21h30' y nos dijo por telefóno que sacáramos algo del frigo. Mi mujer decía que yo no cenaba, que sólo se preparaba su comida y la de su hermano. Ea, y luego dice que me quiere.
Pues llama mi hijo, y dice que va a vernos otra vez, ya nos habíamos despedido al mediodía. Y sacamos más comida del frigo.
Nos llama otra vez y nos dice que viene con la novia, y sacamos más comida del frigo, menos mal que era de mi cuñado.
Nos vuelve a llamar otra vez y avisa que también viene un amigo suyo.
Nos fuimos otra vez al frigorífico, el de mi cuñado, je jé, y...
Nada, decidimos irnos a cenar a la calle.
Ya en un restaurante y como iba a pagar yo se comió lo que yo quería y la cantidad que decidí. Mi mujer me miraba como diciendo: cuando te coja luego te voy a dar para el pelo.
No fue nada, choquitos fritos, gambas con gabardinas, calamares y alitas de pollo.
Cuando pedí las alitas me echó una mirada de mala leche que no me atreví a probarlas. ¡Mujeres!
Así que todo tiene su explicación, comí pescaito porque hubiéramos dejado a mi cuñado sin comida para el fin de semana.
A veces voy a Huelva a la plaza de abastos a comprar pescado, hay que comprarlo tarde, a eso de las 14 horas, que es cuando bajan los precios porque van a cerrar ya.
Ese día me desayuno unos churros que quitan el sentido.
Cuando voy a Cádiz no falto a la plaza de abastos, desayuno churros en la Marina, justo al lado, y para comer pescaito en Las Flores II, en la playa de la Victoria.
Dieta, ¿para qué te quiero?