No era una mona, era un mono, el más mono que hemos conocido.
Lo curioso, ha vivido 80 años, cuando lo normal hubiera sido 35 ó 40 años.
Ésto viene a demostrar que la la atención, el cuido, los mimos, el afecto, etc, da vida.
En la segunda guerra mundial se observaron 2 hospicios de niños muy pequeños:
-Uno tenía cuidadoras desagradables con los niños y podían comer todo lo que quisieran.
-El otro tenía cuidadoras muy afectuosas pero los recursos alimenticios eran escasos.
Se observó la media del peso que iban asimilando los niños.
La conclusión: cogían más pesos los niños que recibían más afecto, no los que comían más.
Es para pensarlo. El afecto tiene mucho poder.