Tanto la bulimia como la anorexia no son elecciones.
Una elección para serlo debe reunir los principios fundamentales de toda veracidad: validez y fiabilidad.
En primer lugar he de decir que nuestro organismo, nuestro cuerpo, está preparado para almacenar.
Durante miles de años hemos evolucionado y no se ha podido comer varias veces al día ni todos los días de la semana.
Hoy, una quinta parte del mundo comemos, prácticamente, todo lo que queremos, así, haciendo 5 comidas diarias podemos convertirnos en obesos con mucha facilidad, empeorado por un trabajo y hábitos sedentarios.
Vivimos en un mundo estresado, lleno de angustias y ansiedades, siendo estas últimas las causantes de una mayor o menor ingesta de alimentos para saciar un apetito desmesurado o no, que nos surge porque nuestros mecanismos psicológicos se ven alterados por nuestra vida personal, social y laboral.
Al igual que en la Ciencia, en donde algo se considera científico cuando es comprobado y aceptado por las personas y estamentos más insignes, la obesidad es considerada como enfermedad por la misma Organización Mundial para la Salud. No digamos de la anorexia que es lo mismo pero al contrario.
Ambas enfermedades producen daño a los que las padecen.
Si droga es todo lo que se introduce en el cuerpo para producir unos efectos (si son positivos se llaman medicamentos) enfermedad es todo lo que produce un daño al paciente.
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