En el final del gobierno de George Bush, parecen inevitables los balances. Analistas políticos, historiadores y periodistas han recordado estos días los hitos de estos 8 años de su presidencia. También salieron a relucir sus frases más célebres y sus deslices, que se convirtieron en comidilla de humoristas y críticos. Como cuando dijo que lo habían "submalestimado". Aquí, una selección de "bushismos" que hicieron historia.
Sobre la guerra:
"Sólo quiero que sepan que cuando hablamos de guerra, en realidad estamos hablando de paz" (Washington, 18 de junio de 2002).
"Nuestros enemigos son innovadores e ingeniosos, pero nosotros también. No cesan nunca de pensar en cómo dañar a nuestro país y a nuestro pueblo. Nosotros tampoco" (Washington, 5 de agosto de 2004).
"Cuando hice campaña en 2000, dije 'quiero ser un presidente de guerra'. Nadie quiere ser un presidente de guerra, pero yo lo soy". (Des Moines, Iowa, 26 de octubre de 2006).
Sobre ecología:
"Sé que el ser humano y los peces pueden convivir pacíficamente" (Saginwa, Michigan, 29 de septiembre de 2000).
Sobre medicina:
"Demasiados buenos doctores están abandonando su profesión. Demasiados ginecólogos ya no pueden practicar su amor con las mujeres de este país" (Poplar Bluff, Missouri, 6 de septiembre de 2004).
"Sería un error de parte del Senado de EE.UU. consentir que salga de esa Cámara cualquier clase de clonación humana" (Washington, 10 de abril de 2002).
Las leyes:
"Los que penetran en el país ilegalmente están violando la ley" (Tucson, Arizona, 28 de noviembre de 2005).
Amigos y enemigos:
"En el último siglo y medio, EE.UU. y Japón han forjado una de las más importantes alianzas de los tiempos modernos" (Tokio, 18 de febrero de 2002).
"Gracias, Su Santidad. Qué discurso bárbaro" (Washington, 16 de abril de 2008, ante el Papa Benedicto XVI).
También se lo recordará por algunas frases serias.
Sobre el terrorismo:
"No vamos a distinguir entre los terroristas que cometieron estos actos y los que los protegen" (Washington, 11 de septiembre de 2001).
"Puedo oírlos. Todo el mundo puede oírlos. Y aquellos que destruyeron estos edificios pronto van a oírnos" (Nueva York, 14 de septiembre de 2001).
"Quiero justicia. En el viejo Oeste acostumbraba a haber un cartel que decía: 'Se busca. Vivo o muerto'" (Washington, 17 de septiembre de 2001).
"Todas las naciones del mundo deben tomar una decisión. O están con nosotros, o están con los terroristas" (Washington, 20 de septiembre de 2001).
"Mis queridos conciudadanos: las principales operaciones militares en Irak han acabado... El tirano ha caído, Irak es libre" (desde el portaaviones USS Abraham Lincoln frente a las costas de San Diego, de California, 1 de mayo de 2003).