Obviamente hay algunos en Venezuela que no le tienen miedo al castigo eterno, y por ello se dedican a hacerle la vida un infierno a los simples mortales. Otros se creen semejantes a Dios y osan jugar con símbolos sagrados. Al punto que no tienen empacho en sustituir el rostro de María (que siempre ha sido expresión de bondad y máximo modelo de lo femenino) por el rostro feo del presidente. No sé si existe un cielo o un infierno, pero esto de jugar con lo divino tiene su castigo, y como decimos en Venezuela: Dios no castiga ni con palos ni con piedras… Por ello me atrevo a aconsejarle señor presidente que deje a lo sagrado tranquilo, que Usted no es Dios, ni tampoco será eterno… Ya hasta se cree virgen!!!
Última edición por Daerighän el 22 Dic 2007, 03:55, editado 1 vez en total
Retirado en la paz de estos desiertos, con pocos, pero doctos libros juntos, vivo en conversación con los difuntos, y escucho con mis ojos a los muertos.