Hace tiempo que leía los informes que hacían de aparatos portátiles y una de las pruebas de calidad consistía en tirarlo al suelo desde la altura de un metro.
Pues acabo de hacer esa prueba.
El iPhone 4G ha caído al suelo, con todo su ruido y susto por mi parte.
No tengo que insistir en que la caída ha sido totalmente involuntaria.
Y me he admirado de que no le ha pasado nada, ni muestra del golpe ni malfuncionamiento.
De todas formas lo observaré y, por supuesto, seré más precavido.
Realmente debe estar hecho para soportar un trato algo duro. Menos mal.