Como parece que todo el mundo tiene sus opiniones en relación a los ariculares voy también a expresar la mía. Voy a hablar en relación a AURICULARES (AUDÍFONOS) EN GENERAL, no de Apple en particular. Esto son observaciones MIAS PERSONALES, subjetivas, pero basadas en mi experiencia real expresada sinceramente.
PUNTO 1- Los milagros no existen. Quien pretenda encontrar unos auriculares tope de gama, de la máxima calidad posible que la industria es capaz de suministrar a precio de golosina de chiringuito de esquina, lo mejor es que espere a una próxima reencarnación. En varias ocasiones he intentado engañar al diablo rebuscando en tiendas web de loslugares más inverosimiles tratando de conseguir unos "buenos" auriculares por menos de 15 €, y hasta la fecha ha sido un fiasco. Los datos técnicos que ofrecen los fabricantes y vendedores de estos chismes son absolutamente falsos y exagerados. Por ejemplo es común que especifiquen como respuesta al espectro acústico un margen de 20 a 20000 Hz (El margen teórico audible por el oído humano), en realidad la mayoría apenas cubren de 300 a 8000 Hz; con lo cual el margen de graves queda severamente recortado y el de agudos (que aporta el "brillo") al sonido por lo general se ve recortado y severamente afectado por niveles de distorsión armónica muy superiores a lo que también suelen indicar. Normalmente dicen: THD (Total harmonic distortion) 0.1%, lo cual es un dato bueno, en la práctica el dato real puede alcanzar el 10 ó hasta el 18 %, absolutamente inaceptable para la audición musical. Como resutado de todo esto se obtiene un sonido que suena a "lata". Como la mayoría de la gente (al menos la que conozco) en realidad en vez de música escucha ruido seguramente no nota mucho la diferencia, tal vez incluso a algunos les suene mejor escuchar a través de este tipo de auriculares basura.
PUNTO 2- La verdad es que por debajo de los 30 € dificilmente encontraremos auriculares "buenos". Al final vale la pena gastar de una vez 60, 80 ó 100 € en unos auriculares de verdad antes que gastar diez veces 15 € en basurillas. "Lo barato sale caro". Pero ¡cuidado! es perfectamente posible envolver una caca de perro en un plástico brillante y ponerle una etiqueta con "1000 €".
PUNTO 3- Opinión muy personal y subjetiva: Los auriculares que se meten dentro de la oreja (tipo tapón) son una guarrería, especialmente si tienes la piel grasa. Se llenan de sebo, al limpiarlos la grasa termina metiendose por el agujero, nunca se pueden limpiar bien, pues el uso de alcohol o cualquier líquido puede estropearles la membrana fácilmente, al quitártelos la grasa se te pega en los dedos y luego vas dejando marcado de seborrea todo lo que tocas... un desastre...
PUNTO 4- Los auriculares "grandes" de diadema, o de "audiófilo", o de "DJ" como los suelen llamar en los catálogos suelen ser los mejores. El problema es que algunos llevan una almohadilla que te cubre toda la oreja y parte de los costados de la cabeza. En verano o en un lugar caluroso muy pronto uno termina desesperado por el calor y el sudor que se va acumulando alrededor de la almohadilla. Al final puedes terminar con las orejas enrojecidas y doloridas, especialmente si el fabricante le ha puesto un aro que apriete demasiado. Están dentro de la categoría de auriculares con diadema una subespecie más ligera que los de "audiófilo", o de "DJ" que son más agradables de usar sin el inconveniente de los de tipo tapón; el problema es que, por lo general, éstos los fabricantes los encuadran dentro de una especie de categoría de "gama media" de calidad acústica inferior a los de "audiófilo", o de "DJ", o de "estudio".
Resumen: Comprar unos auriculares "buenos" (pero buenos, buenos de verdad) es un problema. Lo mejor sería (como tantas otras cosas) que pudieramos ir a una tienda y probarlos todos uno por uno, al menos durante quince minutos cada uno. Sin embargo debido a la cuestión higiénica y la cuestión práctica (desenpaquetar, tener un equipo de audio, dejar a la clientela "trastear") muy pocos comerciante (ninguno prácticamente) van a estar dispuestos a dar barra libre para que los clientes conviertan las tiendas en una especie de laboratorio de pruebas.
Al final las opciones que quedan son fiarse de los consejos de los "amigos" (cuidado no sean enemigos en realidad, con algunos "amigos" no hacen falta enemigos), el prestigio de determinadas marcas, o simplemente la intuición y la suerte. En cuanto al consejo de los propios comerciantes.... bueno yo no conozco a ninguno que admita públicamente vender género de mala calidad, todo lo que tienen a la venta "es bueno", y evidentemente cuando encuentran un pardillo preguntando "qué me aconseja usted" simplemente es una ocasión para colarle aquellas mercancias malas que no hay manera de vender.